El yoga llegó a mi vida hace unos años, estaba pasando por una época un poco complicada, llena de estrés y sin rumbo fijo.
Probé la primera clase y me encantó, desde ese día no he dejado de practicar, me hizo sentir bien y empecé a valorar lo que realmente importa.
Por eso cuando tuve la oportunidad me formé en instructora, simplemente quiero que la gente sienta lo que yo sentí y ayudarles a ser más felices.